Lo que tardan las palabras en dejar de lado su coherencia para adoptar el exacto valor que les quieras dar.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Incoherencia viendo nevar
Estaba nevando. La primera nevada de la temporada, y aunque no estaba cuajando ni siquiera en los tejados, me obligó a pegarme a la ventana de mi cuarto a mirar.
Durante lo que para mí fue sólo un momento, me olvidé del frío, del café humeante esperándome en la mesa, de las buenas intenciones respecto a la productividad de mi proeza matutina. Me olvide hasta de mí, y sólo pensaba en lo perfecto que sería ver eso mismo, sentir eso mismo, acompañado de otro calor, otra respiración y otro corazón al compás del mío.
Y cuando la nieve decidió que ya me había distraído lo suficiente, dejó de caer. Entonces me di cuenta de que algo no estaba del todo bien: había querido compartir ese momento con alguien... Pero no me acordé de ti.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Incoherencia difícil
A estas alturas ya debería saber que es mucho más difícil el último momento que el primero.
lunes, 29 de octubre de 2012
Mi incoherencia hecha letra (para el Plan B de LOVG)
lunes, 22 de octubre de 2012
Otras incoherencias que sé
Sé que debería ser un poco egoísta -aunque esté mal visto- y ganar el valor de despertar los impulsos que encierro en una lámpara mágica para cumplir mis deseos.
Sé que a veces la única forma de seguir avanzando es pasar por encima de alguien -incluso de uno mismo-, pisarlo y dejarlo atrás, sufriendo.
Lo sé. Sé que no seré capaz.
domingo, 14 de octubre de 2012
Incoherencia del otro lado
Casi puedo oír esa voz que aquí no oigo. Casi puedo sentir otro calor como el que siento. Los latidos casi se sincronizan a ambos lados del abismo infinito que separa las dos versiones de un mismo corazón.
Casi me atrevo a cruzar al otro lado. Casi, pero el miedo a lo desconocido me mantiene en los límites de mi propio universo. Tal vez sea mejor no jugar con la estructura del espacio-tiempo para no rasgar el tejido de la realidad. O tal vez sea en ese otro universo donde encuentre lo que en éste se ha perdido.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Incoherencia "para siempre"
Hace mucho que ya no busco historias sin su "y vivieron felices" al final. Si puedes garantizarme uno de ésos, me quedaré contigo...
...para siempre.
martes, 4 de septiembre de 2012
Incoherencia sobre el odio y el perdón
No entiendo que me perdones pero sigas odiándome. Para mí, el perdón se lleva al odio; si no puedo dejar de odiar, entonces es que no he perdonado.
El perdón no es un acto, es un sentimiento. Si sientes que me has perdonado, no debería quedar odio. Por eso ya te he dicho que me tomo tus "te perdono" como una declaración de intenciones, pero no siento que me hayas perdonado.
Mientras me odies no podrás quererme del todo. Son sentimientos demasiado grandes atados por un mismo hecho... No caben en un mismo corazón.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Canción incoherente: Gritar
Si sólo hubiera sido
un beso y nada más.
Tan sólo dos miradas
que se cruzan sin chocar.
Yo sabría qué debería hacer.
Si sólo hubiera sido
un sueño al despertar.
Tan sólo unos momentos
de imposible realidad.
Yo sabría qué debería hacer...
Pero no lo sé
y la única medicina que
me puede calmar
es gritar.
Es gritar.
domingo, 19 de agosto de 2012
Incoherencia en tinta azul
La luz del flexo parpadeaba. Todavía era de día, ni siquiera era necesario que estuviera encendida, pero lo estaba porque así la escena era más teatral, más literaria. Así que la luz del flexo parpadeaba. O titilaba, que suena mucho más poético porque así se puede comparar con las estrellas de una noche de verano en campo abierto, lejos de las luces de las ciudades que, por deslumbrantes, apagan el cielo.
Bien, pues. La luz del flexo titilaba y a la vez irradiaba calor. Un calor que se sumaba al ya de por sí excesivo del verano. Un calor frío y artificial a años luz de poder equipararse a la sombra del de esos abrazos que por la noche se echan de menos, ése que se extraña aunque el clima sea abrasador, ése que no te calienta más el cuerpo que el alma.
Y al calor de la luz titilante de ese flexo, en una tarde aún clara de verano, se empezó a escribir una historia que sólo leerian los invisibles labios del folio, una vez en blanco, sobre el que las palabras que la componían se derramaron en tinta azul.
martes, 14 de agosto de 2012
Incoherencia a solas
domingo, 1 de julio de 2012
Incoherencia de temperaturas
No tenía por qué ser diferente, pero lo fue. Aquella noche las estrellas se comportaron como soles y el aire, en un efecto caprichoso de la entropía, decidió solidificarse por el calor haciendo imposible cualquier ilusión de brisa.
Buceando en esa masa sólida de aire caliente, cada movimiento, real o incluso imaginario, suponía un esfuerzo desmesurado que no hacía sino aumentar la temperatura de mi cuerpo, ya al límite.
Rozando mi temperatura de fusión (quién sabe si de sublimación), conseguí recostarme en la cama. Por un segundo creí que era una parrilla en la que algún dios rencoroso se vengaba de mí, cocinándome, vuelta y vuelta, para ser engullido por el mismo olvido que se lo tragó a él de mi parte. Terminé concluyendo que el calor me produce el mismo tipo de delirios, independientemente de si su origen es endotérmico o exotérmico.
Finalmente cerré los ojos y, a pesar del fuego de aquella noche empapándome la piel, sentí en el corazón el frío con el que desde dentro tu ausencia me abrazaba.
Y así fue como me heló el aire de una de las noches más calurosas que recuerdo y me quemó la gélida soledad de un país que me es cada vez más ajeno.
sábado, 23 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
Cómo recuerdo una incoherencia
como cuando duermes y te miro, por la mañana,
como cuando yo me levanto y tú te niegas a madrugar.
Con calma en tus ojos cerrados y con el ceño sin fruncir,
como cuando ya estamos a oscuras, por la noche,
como cuando tú me abrazas y yo te beso antes de dormir.
Así, como en el principio de cada día y su fin.
Así es como te recuerdo cuando estoy sin ti.
jueves, 14 de junio de 2012
Fragmento incoherente
─Calor ─respondí como si fuera, porque de hecho lo era, lo más obvio.
─Energía ─me corrigió casi con un susurro, como si con su voz, más que con la palabra en sí, tratara de revelarme un valioso secreto.
─Energía ─repetí tratando de concentrarme.
Sus brazos me rodearon, me reconfortaron aun sin que hiciera falta, aunque en un primer y fugaz instante mi piel se alertó y mis músculos se tensaron.
─¿Lo sientes ahora? ─insistió su aliento sin voz acariciándome el cuello desde atrás.
─Magia ─la palabra se me escapó sin que fuera realmente consciente de si llegué a pronunciarla o sólo se me reveló como la mayor de las verdades.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Incoherencia sin título coherente
Descubrí que no era tan grande, ni tan bueno, ni con tanto valor.
Sigo siendo ese niño tímido que esconde la nariz en las historias de sus libros y se protege del mundo tras un silencio atronador.
Siento que he fracasado donde sólo cabía triunfar.
He tropezado con el viento a favor y he perdido la oportunidad de volar.
Ahora ya es demasiado tarde, no puedo volver a empezar.
lunes, 21 de mayo de 2012
Incoherencias que nunca te dirán
─No hace falta que me digas más, ya veo todo lo que necesito saber en la sombra de lluvia de tus ojos tristes, en la tensión de tus labios forzando esa maltrecha sonrisa, en las grietas de tus gestos estudiados en el espejo y en el abrazo que, a gritos, tu silencio me está pidiendo.
sábado, 19 de mayo de 2012
Incoherencia de un barco tocado
Y el tiempo es, a su vez, la única corriente que lo acerca cada vez más a su hogar, al puerto donde atracar y reparar sus daños. Pero es tan lento...
viernes, 11 de mayo de 2012
El último archivo incoherente
Despertarse cada día es más difícil que levantarse de la cama; abre los ojos, retira las mantas, incorpórate, ponte en pie... Es la cadencia rítmica, restos de mi anestesiada voluntad, que los músculos aún recuerdan no sé por cuánto tiempo más. Mi cuerpo está listo, mi mente sigue buceando en la parte nostálgica de lo onírico.
Cuando consigo despertar, despertar de verdad, sólo quiero volver a estar dormido. Noqueo mi consciencia temporal como puedo; los días no pueden ser más largos, más vacíos, más carentes de sentido.
Vuelvo a dormir. Dormir es fácil cuando se está tan cansado...
Mañana que me levante mi cuerpo ya casi automatizado. Con un poco de suerte, no necesitaré despertar.
...
...
Último archivo de memoria registrado antes de completar la transformación. ¿Desea borrar el archivo?
jueves, 10 de mayo de 2012
viernes, 20 de abril de 2012
Una incoherencia sobre la felicidad
Por otro lado está la que he decidido llamar felicidad-dependiente, ésa que solo podemos alcanzar en función de otra persona. Extrapolando el concepto, se me antoja como una evolución de la asociación subliminal cada vez más arraigada generación tras generación entre consumismo y felicidad ("soy más feliz cuanto más tengo, o lo que tengo es más nuevo, o más caro"). Todos sabemos que existe pero no somos realmente conscientes de ello porque la mayoría seguimos atrapados en las garras de esta dualidad semántica.
La felicidad es equilibrio, es armonía, es sentirse realizado con uno mismo, no esa sensación elitista (me atrevería a decir que inventada en alguna campaña publicitaria de cierto refresco carbonatado de color caramelo) que parece que sólo unos pocos elegidos pueden sentir y que, por cierto, nunca somos nosotros.
Mi conclusión es que tenemos que desidealizar el concepto "felicidad" o nunca seremos del todo felices.
lunes, 2 de abril de 2012
Incoherencia número 80
martes, 27 de marzo de 2012
Soneto incoherente
Incoherencia poco arriesgada
Con estas premisas en mente, la lógica de mi cobardía ha hecho una vez más que la vida, con otra de sus vueltas, me deje con la sensación de estar conformándome de nuevo con el premio de consolación.
Y mira que me gusta seguir el camino difícil para no llegar a ninguna parte.
lunes, 26 de marzo de 2012
Incoherencias de un concierto y de lo que pasó después
Dos horas de intensas emociones, de admiración, de canciones a gritos, de lágrimas, de complicidad y de alborozo culminaron tras una impaciente espera con dos abrazos a cada uno (¡son reales!), una cercana charla en la que me olvidé de tantas cosas que les quería contar (debí hacer una lista aunque me pareciera más impersonal), una foto y una dedicatoria con sus cinco firmas. Momento de éxtasis total.
lunes, 12 de marzo de 2012
Incoherencias después de la tormenta
sábado, 10 de marzo de 2012
Canción incoherente: Dime una palabra más
Dime sólo una palabra más, dime que puedo continuar.
Miénteme, dime que estarás bien. Miénteme y te creeré.
Guíame hasta que pueda ver, guíame en este camino cruel.
Grítame cuando no pueda oír, grítame que estás aquí.
Es en el silencio de esta sorda habitación
donde más me pesa haberte dicho adiós.
Dime sólo una palabra más, dime que puedo continuar.
Sálvame, no miraré atrás. Sálvame y te salvarás.
Es en el silencio de esta sorda habitación
donde más me pesa haberte dicho adiós.
Es en la distancia que ahora encuentro entre los dos
donde más me pesa haberte dicho adiós.
Dime sólo una palabra más.
Es en el silencio de esta sorda habitación
donde más me pesa haberte dicho adiós.
Es en la distancia que ahora encuentro entre los dos
donde más me pesa haberte dicho adiós.
Es en el silencio de esta sorda habitación
donde más me pesa haberte dicho adiós.
martes, 6 de marzo de 2012
Decisiones nada incoherentes
Mis medidas no serán dejar de pagar la calefacción para saldar deudas con los bancos, ni subir impuestos, ni nada parecido. Afortunadamente, aunque mi economía tampoco es para tirar cohetes, nunca he sido despilfarrador y sobrevivo (y ésta es la palabra clave, "sobrevivo") en un país extranjero, con un nivel de vida económicamente más caro, con más o menos un sueldo mínimo de España (vuelos de escapadas a casa incluidos). Mis medidas, las decisiones que he tomado, lo que he pensado cambiar tiene más que ver con mi "estado de bienestar" que con el estado de mi bolsillo.
Aquí algunas de ellas:
- Ir a clase y volver andando (o al menos intentarlo).
Nota: probablemente no lo cumpla la mitad de los días, porque dormir los cinco minutos más (que se convierten en quince el día que menos) es un placer demasiado persuasivo. Lo cual me lleva a la siguiente decisión:
- Levantarme todos los días lectivos a las 7:30 a.m. aunque los miércoles y viernes (ahora que tengo el horario definitivo puedo decirlo) entro a las 11.
De esta medida, se deduce lógicamente la siguiente.
- Ir a dormir los días previos a lectivos a las 00:30 a.m. como máximo.
- Vivir más en el mundo real y menos el el virtual. Es decir, utilizar internet como una herramienta o un complemento de mi vida, no como una parte de ella.
Esta será, sin duda, la decisión que más me cueste llevar a la práctica. No la he empezado a aplicar y ya se me están ocurriendo excusas y excepciones... Así que me la tomaré con calma y la iré aplicando progresivamente, o el "mono" podría conmigo y no serviría de nada.
Excepciones provisionales:
Twitter: Esta red social es el equivalente a los oídos de la gente que me rodeaba en Salamanca y que escuchaban (porque querían o con resignación) mis comentarios absurdos y quejas mayoritariamente sin sentido. Me he dado cuenta de que a falta de un compañero de clase o de piso con el que tenga confianza suficiente para poder decirle mis cosas triviales en una frase, Twitter está cumpliendo esa función... Así que, de momento, Twitter se salva.
52 segundos de incoherencias: Escribir es parte de mí, si me conocéis un poco lo sabéis. Antes de entrar en contacto con internet escribía en cuadernos... Pero después descubrí que, además de escribir, me ayuda mucho a sentirme mejor la posibilidad de que me lean. Así que el blog también se salva.
- Ir a estudiar por las tardes a la facultad.
En Modena no hay bibliotecas que me gusten (Zacut, te echo de menos), pero tengo entendido que podemos usar las aulas vacías de la facultad para estudiar. A falta de algo mejor, aprovecharé mis tardes (que no tenga ocupadas con prácticas o clases) para llevar al día las asignaturas o al menos compensar que no pueda ir a la mitad de las horas. Además, así me relaciono con mis compañeros fuera de las horas de clase (ya que muchos de ellos se quedan allí todo el día), que seguro que me sienta bien y me ayuda a no olvidar e incluso puede que mejorar mi italiano.
- Considerar llevar a la práctica las propuestas que me dejéis en los comentarios.
sábado, 3 de marzo de 2012
Historia de las incoherencias que te dediqué y de cómo me las pagas
Tenías lo más precioso, lo más valioso. Tenías un diamante, puro, brillante... Y frágil. Tenías mi más ciega confianza y la rompiste.
Nada más frágil como la confianza: necesita cuidados constantes para mantenerse, un sólo acto puede romperla y ni un millón de palabras pueden repararla.
Ahora mis canciones están vacías... Incluso la que te compuse antes de ayer. Ya no hay ilusión por pulir su melodía. Ya no hay ganas de grabarla para ti.
Te di lo que soy y me lo pagaste con dolor.
miércoles, 8 de febrero de 2012
La incoherencia de algo esperado
Esa confirmación es, tal vez, lo que más me pesa.
lunes, 6 de febrero de 2012
Incoherencias que van de la mano de mis noches turbias
El mundo se corrompe bajo mis pies. La tierra llora su desolación con sangre humana, pero es más cómodo cambiar de canal. Los gritos de dolor son tantos y tan fuertes que no podemos evitar preferir oír más que la voz que en nuestros auriculares nos canta que todo va bien. Quiero unirme, ser uno más de esos gritos. Me frustra no poder desgarrarme la garganta en un llanto que haga retroceder aturdido a quien lo oiga. Quiero sufrir y hacer sufrir a partes iguales para transformarme en un alma en pena que no haga nada más que existir, inconsciente de sí misma, hasta el fin de sus días. Pero también quiero luchar. Quiero pegar a puño cerrado, arañar y morder a quien y a lo que haga falta para conseguir vivir el futuro que me merezco. La contradicción es un rasgo tan característico de la condición humana como el odio o el dolor.
Y mientras, me debato entre la preocupación y la rabia. La distancia me quema en el estómago, me ha negado el derecho a abrazarte. Este aire frío es el culpable de que me ardan los pulmones y no pueda gritar. A cada latido, la ira estalla en mis sienes con tanta brutalidad que sólo quiero destrozar a todo aquel que se me ponga por delante; a todo ser, vivo o muerto, que me impida llegar hasta ti. Asesinaría a golpe de soledad a los dueños de las manos que osaran posarse sobre tu cuello desnudo, ahogándote entre gemidos de placer. Y disfrutaría sabiendo que lo último que verían antes de morir sería la sombra de mis actos, oscura e infinita como el abismo al que irán sus almas vacías. Vaya si disfrutaría. El eco de mi risa amarga resonaría a través del cruel silencio de los siglos y nadie, ni siquiera en el más allá, volvería a sentirse a salvo de mí.
sábado, 4 de febrero de 2012
Incoherencias que ya no puedo volver a decir
Ya no puedo mirarte a los ojos sin recordarte a ti llevándote las manos al pecho en un gesto de dolor inhumano causado por unas palabras que no deberían existir en mi vocabulario.
Ya no puedo perdonarme sin ganarme antes tu absolución, la cual no sé siquiera si quiero recibir. Cosas del placer de la culpabilidad, de la autocompasión, del dolor cuando se cree que se merece.
Ya no puedo dar un paso más sabiéndome responsable de tus lágrimas, de tus miradas vacías, de tus ganas perdidas, de tu apatía, de tus sonrisas tristes.
No, definitivamente ya no puedo volver a decir que soy ese niño bueno que nunca ha roto un plato.
miércoles, 25 de enero de 2012
Incoherencia en el País de Oz
...y el barro se comió mis zapatos rojos,
pero quiero volver a casa ya.
miércoles, 18 de enero de 2012
Las incoherencias, ¿dónde están?
lunes, 16 de enero de 2012
Incoherencia de minutos grises
sábado, 14 de enero de 2012
Momento de incoherente nostalgia
Una sonrisa teñida de nostalgia, de esas que comparten semilla con las lágrimas silenciosas, florece en una boca distraída.
Las manos se abrazan una a la otra intentando sustituir con un calor que no calienta el ajeno que les falta.
Y mientras, una sinfonía de suspiros que nunca llegarán a su destino sirve de banda sonora a ese momento efímeramente infinito en que te extraño.
viernes, 13 de enero de 2012
Recomendaciones incoherentes para salir un día de frío
viernes, 6 de enero de 2012
Un incoherente cartel de "SE BUSCA"
Solían vestir de sonrisas, a veces amplias, otras tímidas. Rara vez de carcajadas; sólo se vestían de gala para quien lo merecía.
A veces jugaban a cantar en la ducha, pero siempre se divertían imaginándose en un musical. O en un videoclip si iban caminando por la calle.
Aunque son muy perezosas, nunca dejaban de lado sus obligaciones y, al final, terminaban por disfrutarlas casi como si de un juego más se tratase.
Cuando no tenían nada que hacer, se dedicaban a escribir o dibujar sus sueños. Algunas veces incluso cuando sí tenían cosas que hacer.
Para dormir, se armonizaban con la melodía del silencio para arroparse con la calma de la más absoluta oscuridad.
Son cálidas y agradables. Responden a miradas sinceras y caricias suaves... Aunque se asustan con facilidad ante situaciones incómodas, tristeza y, sobre todo, dolor.
Y, por supuesto, me hacían querer volar.
Se ofrece recompensa a quien las encuentre y me las devuelva.