sábado, 3 de marzo de 2012

Historia de las incoherencias que te dediqué y de cómo me las pagas

Te dediqué mis canciones, mis coherencias, mis incoherencias, mis alegrías y mis penas... 

Tenías lo más precioso, lo más valioso. Tenías un diamante, puro, brillante... Y frágil. Tenías mi más ciega confianza y la rompiste.
Nada más frágil como la confianza: necesita cuidados constantes para mantenerse, un sólo acto puede romperla y ni un millón de palabras pueden repararla.
Ahora mis canciones están vacías... Incluso la que te compuse antes de ayer. Ya no hay ilusión por pulir su melodía. Ya no hay ganas de grabarla para ti.

Te di lo que soy y me lo pagaste con dolor.

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