viernes, 16 de abril de 2010

Inventario incoherente

Y después de tantos momentos incoherentes sólo me queda para recordarte un corazón de mentira que me calentó las manos una noche fría, un gorro de lana blanco, una foto que guardaré en el fondo de algún cajón, tu letra garabateada en una receta de cocina, el sabor del dulce de leche, un llavero traído de la capital, tu olor cuando respiro con los ojos cerrados, unos cuantos monstruos de bolsillo que puedo llevar a pasear, la memoria del móvil llena de mensajes, una colección de recuerdos en una carpeta, el significado que muchas de mis canciones habían perdido y unas cuantas lágrimas, tuyas y mías, que se mezclaron en el último abrazo antes de que me dijeras adiós y yo me quedara allí plantado, quién sabe si para siempre o sólo hasta que alguien vaya a recogerme, mirando como te alejabas de mi vida y te perdías entre la gente.

lunes, 12 de abril de 2010

Equilibrio entre incoherencias

Tú te vas y yo me voy.

Te echo de menos, pero tú a mí... No lo sé.

Prefiero el no saber a la sospecha de la negativa.

En la oscuridad de tu ausencia otra luz me asusta porque me acompaña -como debías hacer tú- en una distancia cualitativamente idéntica a la que nos separa.

Si esta luz que me asusta consigue alumbrarme... ¿Por qué tú no, si juegas con ventaja?

Te odio porque te sigo echando de menos, aunque parece que no te importa...

...y si consigo dormir estas noches es gracias al precario equilibrio que a penas logro mantener sobre la fina línea de ansiedad reprimida que separa la ira de la depresión.