miércoles, 25 de enero de 2012

Incoherencia en el País de Oz

No sé exactamente cuándo me desvié del camino de baldosas amarillas...


...y el barro se comió mis zapatos rojos,


pero quiero volver a casa ya.

miércoles, 18 de enero de 2012

Las incoherencias, ¿dónde están?

Tardes enteras perdidas en coleccionar
esos momentos en los que te paras a mirar atrás.
El tiempo se escapa y en el fondo me da igual.
No encuentro las ganas para continuar.
¿Dónde están? Las sonrisas, ¿dónde están?
Las señales al futuro enviadas, ¿dónde van?
Las promesas de los sueños que soñaba, ¿dónde están?
¿Dónde se rompió mi realidad?
Los retales de vida que dejé sin vivir,
cada opción descartada, cada paso que no di.
Guardo en una caja todos los cómo sería si...
¿Cómo sería si me deshiciera de ella por fin?

lunes, 16 de enero de 2012

Incoherencia de minutos grises

Tras días de un apático aburrimiento que tal vez (y sólo tal vez) encubría algún otro tipo de síndrome, necesitaba escribir, como el pintor pintar o el político mentir. Pero desde aquella batalla perdida de una eterna guerra, llevaba días sin tener nada que decir. Así que recurrió a lo fácil, a las palabras bonitas, a las metáforas ensayadas tantas veces antes (sólo había que cambiarles el vestido), a los ases en la manga ya conocidos. Saber escribir, que no sólo juntar palabras, a veces le servía para eso. Y así, de paso, distraía su mente con trivialidades incoherentes esperando, reloj en mano, que los minutos dejaran de ser de un gris tan monótono para poder reanudar su vida a todo color desde el punto donde la dejó aparcada para jugar a cumplir un deseo desde un primer instante fallido.

sábado, 14 de enero de 2012

Momento de incoherente nostalgia

Una mirada perdida se choca contra una pared para volver a enfocarse en el recuerdo de un escalofrío que sube por la espalda.
Una sonrisa teñida de nostalgia, de esas que comparten semilla con las lágrimas silenciosas, florece en una boca distraída.
Las manos se abrazan una a la otra intentando sustituir con un calor que no calienta el ajeno que les falta.
Y mientras, una sinfonía de suspiros que nunca llegarán a su destino sirve de banda sonora a ese momento efímeramente infinito en que te extraño.

viernes, 13 de enero de 2012

Recomendaciones incoherentes para salir un día de frío

Dicen que fuera hace frío, así que no te olvides de abrigarte. Acuérdate de ponerte el abrigo, coger la bufanda y vestir una de tus sonrisas pintadas de color silencio, de esas que protegen tu corazón rodeándolo de un amplio espacio vacío que algunos llaman soledad.
Cuando vayas por la calle recuerda caminar despacio. Que no se note que te incomoda la gente, que tienes prisa por volver. Respira con calma. Respirar siempre ayuda.
Si alguien se te acerca, muéstrale tu sonrisa, que para eso te la pusiste antes de salir. Nadie hace preguntas a una sonrisa bonita, al menos no de las incómodas.
Y evita hablar. Las palabras borran esa sonrisa sin querer, llenan ese espacio vacío que te protege y permiten al dolor abrirse paso hasta tu corazón. Una sola palabra puede ser el desencadenante de un desmoronamiento que quieres evitar, el inicio de un proceso irreversible, expansión contra el vacío. 
Recuerda que el dolor de la soledad es un viejo conocido, no puede hacerte daño.

viernes, 6 de enero de 2012

Un incoherente cartel de "SE BUSCA"

No me gusta estar pegado al suelo de la realidad, pero he perdido mis ganas de volar.


Solían vestir de sonrisas, a veces amplias, otras tímidas. Rara vez de carcajadas; sólo se vestían de gala para quien lo merecía.
A veces jugaban a cantar en la ducha, pero siempre se divertían imaginándose en un musical. O en un videoclip si iban caminando por la calle.
Aunque son muy perezosas, nunca dejaban de lado sus obligaciones y, al final, terminaban por disfrutarlas casi como si de un juego más se tratase.
Cuando no tenían nada que hacer, se dedicaban a escribir o dibujar sus sueños. Algunas veces incluso cuando sí tenían cosas que hacer.
Para dormir, se armonizaban con la melodía del silencio para arroparse con la calma de la más absoluta oscuridad.
Son cálidas y agradables. Responden a miradas sinceras y caricias suaves... Aunque se asustan con facilidad ante situaciones incómodas, tristeza y, sobre todo, dolor.
Y, por supuesto, me hacían querer volar.


Se ofrece recompensa a quien las encuentre y me las devuelva.