sábado, 19 de septiembre de 2015

Lucha incoherente

Y ya no sé lo que quiero nlo que quiero querer
sólo sé que te leo 
y se remueve mi alma luchando por dejar el cuerpo, 
por iniciar el vuelo 
y aterrizar allí donde quiera que tu estés.

sábado, 25 de julio de 2015

Temor incoherente

-¿De qué tienes miedo? -me preguntaste como si no lo supieras o no pudieras explorar en la parte de mi alma que siempre está contigo y averiguarlo.
-¿Recuerdas cuando hablamos de saltar en paracaídas? Pues de lo mismo -respondí resignado-. De tirarme al vacío aunque sepa que ahí estás tú para salvarme antes de que me haga daño.

jueves, 18 de junio de 2015

Incoherencia azul y naranja

Disfrazaste de improviso mi nublado atardecer de brillante amanecer, azul y naranja, y llenaste mi pecho de un calor que al desbordarse me produce escalofríos de los que fluyen por la espalda.

Cada noche tu ausencia, acostada en el hueco de la cama que dejo para ti a mi lado, me trae el tacto de tu cuerpo y hace que sentir se convierta en un juego en el que la distancia no significa nada... Y en el que soñar es otra forma de vivir tan real como cualquier otra.

Hiciste del tiempo un detalle impreciso que no puedo parar de leer mientras pasa sin marcar el ritmo de mi reloj.

Tatuaste en mí boca una sonrisa que no puedo borrar y ahora siempre me acompaña...

Y bailar con el significado de las palabras es el único remedio que encuentro para aliviar las quemaduras que en mi alma dejan estas emociones demasiado intensas que, sin darte cuenta, despiertas en mi corazón.

miércoles, 1 de abril de 2015

La incoherencia de una fotografía

Antes del destello de luz y del click cada vez más imaginario, una especie de acto reflejo adquirido nos empuja a colocarnos una máscara de sonrisa. Sintamos lo que sintamos, tendemos a adoptar una pose feliz que en ocasiones nos convierte en unos desconocidos que nadie reconocería si supieran lo que hay detrás. Pero eso qué más da. Lo importante es que nos van a hacer una foto. No somos realmente conscientes del increíble esfuerzo que hemos mecanizado para realizarlo en menos de un segundo.

A veces me gustaría ser como esos desconocidos que sonríen en un instante eterno en una fotografía. A veces envidio lo felices que parecen, así, estáticos para siempre. Luego comprendo que un instante no refleja toda una vida y que detrás de esa sonrisa lo más probable es que haya muchas lágrimas que nadie ve, mucho esfuerzo que pasa desapercibido, una lucha constante contra un día a día que quizá cualquier otro no podría soportar... Y, aunque no debería después de tal revelación, la envidia sigue.

Ojalá poder vivir en uno de esos momentos congelados en el tiempo donde a ojos de la posteridad uno fue tan feliz como consiguió aparentar en la fracción de segundo adecuada.

jueves, 26 de marzo de 2015

La incoherencia de las palabras perdidas

Al pasar por aquí me doy cuenta de que hace tiempo que ya no están. Se han ido sin despedirse, sin decirme cuándo volverán o si volverán siquiera. 
Su ausencia se viste de silencio para dejar escapar entre sus manos cada grano de tiempo, como en un reloj de arena, esparciéndolos por un suelo que pisa sin dejar huella, bailando al son de una melodía que nadie más puede oír y que lo llena todo.
Cuando estamos juntos, no me importa. No las necesitamos para entendernos. Son prescindibles mientras tengamos nuestras caricias, nuestros besos, nuestras miradas, nuestros minutos y nuestros abrazos. Pero si no estás, su vacío me pesa y las busco siguiendo un rastro que no existe.
Para consolarme mientras las espero repaso sus sombras, las viejas historias que dejaron atrás, a ver si me dan alguna pista de por qué se fueron, dónde están o si volverán.