-¿De qué tienes miedo? -me preguntaste como si no lo supieras o no pudieras explorar en la parte de mi alma que siempre está contigo y averiguarlo.
-¿Recuerdas cuando hablamos de saltar en paracaídas? Pues de lo mismo -respondí resignado-. De tirarme al vacío aunque sepa que ahí estás tú para salvarme antes de que me haga daño.
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