Con la cabeza ladeada en un gesto de ingenuidad,
como cuando duermes y te miro, por la mañana,
como cuando yo me levanto y tú te niegas a madrugar.
Con calma en tus ojos cerrados y con el ceño sin fruncir,
como cuando ya estamos a oscuras, por la noche,
como cuando tú me abrazas y yo te beso antes de dormir.
Así, como en el principio de cada día y su fin.
Así es como te recuerdo cuando estoy sin ti.
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