lunes, 21 de mayo de 2012

Incoherencias que nunca te dirán

─...
─No hace falta que me digas más, ya veo todo lo que necesito saber en la sombra de lluvia de tus ojos tristes, en la tensión de tus labios forzando esa maltrecha sonrisa, en las grietas de tus gestos estudiados en el espejo y en el abrazo que, a gritos, tu silencio me está pidiendo.

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