El ciclotímico sentimiento de saturación volvía a estar en su punto más álgido. Cada bocanada de aire era, cuanto menos, trabajosa. Las huellas de cada pensamiento escocían como quemaduras recientes y seguramente dejarían cicatriz.
A estas alturas ya debería saber que es mucho más difícil el último momento que el primero.
A estas alturas ya debería saber que es mucho más difícil el último momento que el primero.
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