jueves, 15 de septiembre de 2011

Una visión incoherente de Cometas Por El Cielo

Pista 1
Un ritmo acelerado, desconocido y a la vez familiar, le da la bienvenida a mis oídos, como diciéndoles cuánto les ha echado de menos. La voz, más la de siempre que nunca, más incluso que cuando era la de siempre, calma con su melodía cargada de fuerza una ansiedad mal disimulada durante demasiado tiempo. 


Pista 2
Los latidos se relajan un instante tras dos minutos y medio de celeridad para dejar paso a la piel de gallina. Bajo las apariencias iniciales se esconde la misma esencia que me enamoró hace tantos años. Bajo las apariencias iniciales, me re-enamoro como nunca de ese espíritu único. El momento más temido, el día cero, se acabó y no puedo estar más satisfecho con el resultado.


Pista 3
Aún con la piel de gallina y el corazón al compás de unas emociones que solo vuestras (y mías por asimilación) canciones consiguen despertar en mí, un ukelele teje una melodía dulce, perfecta para acunar a una letra sencilla y emotiva, pura como una paloma blanca.


Pista 4
La lágrima a punto de escapar decide quedarse a escuchar los siguientes primeros acordes que nos enseñan, a ella y a mí, a volar libres como cometas por el cielo con solo cerrar los ojos y dejarnos llevar por ellos para acabar en un silencio que, de fondo, nos invita a seguir volando.


Pista 5
Multitud de sutiles guiños a historias pasadas me hacen doblar las agujas del reloj para marcar el tiempo solo con mi corazón y serán, seguro, la banda sonora de un momento de mi futuro más próximo. No en vano suelo decir que vosotros le ponéis la banda sonora a mi vida. Esta vez, incluso por adelantado.


Pista 6
Una vez más la voz entra suave y dulce para ganar fuerza compás a compás, sin perder un ápice de emoción. Cada latido impulsa por mis venas un chorro de la melancolía de la que están impregnadas unas palabras destinadas a decirte que te quiero sin piedad.


Pista 7
Un toque a lo Bécquer arranca la siguiente letra, alegre, rápida y llena de promesas de primavera imposibles de romper, adelantándose también a un momento autobiográfico aún por llegar. 


Pista 8
Un punteo melódico de guitarra me introduce en una historia en la que la despedida dura un minuto más. Otro guiño, no sé si intencionado o es algo que solo yo veo, a vuestro pasado y, por tanto, al mío, cierra esta canción y me produce irremediablemente una sonrisa pintada de melancolía. Todo un acierto.


Pista 9
Siento el aliento del viento al desempolvar un amor de verano... Pero no en una postal, si no en un cd. Cinta de casette, en realidad. Y no solo de verano, pues dura hasta hoy, aunque si naciera en un verano (el del 98). Vuestro espíritu, más vuestro que nunca, reflejado en una canción que no puedo evitar sentir como una síntesis de todo lo que sois, de todo lo que me hacéis sentir (como, por ejemplo, que la radio es una orquesta y mi calle es Nueva York...) cada vez que os escucho.


Pista 10
Mientras quede por decir una palabra se que estaréis ahí, a mi lado en la distancia, escribiendo, componiendo, tocando y cantando canciones como ésta. Bella, emotiva, perfecta. Para mí, como una continuación de tu pelo.


Pista 11
Y para terminar, tanto acordes como letra me incitan esta vez a no decir nada, quitarme el sombrero de pensar, las gafas de intelectual, los zapatos de escapar (y los guantes de calcular, si me pongo especial) e irme con vosotros a bailar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario