martes, 27 de octubre de 2009

Incoherentes versos de canciones coherentes

Resuena la música del silencio porque es en sielencio cuando escucho tu música, con los ojos cerrados, porque es la única forma de verlo todo, hasta lo invisible del significado de las palabras que se dicen y de las que se entienden por omisión, vestidas de metáfora y adornadas en clave de sol...

Y es entonces cuando le robo una hora al mundo para compartirla con una soledad en la que siempre me acompañas, para invertirla en descubrir la armonía entre tus canciones y mis pensamientos, incoherentemente coherentes, con un orden subjetivo que solo yo entiendo, y no siempre, en medio de un caos absoluto de ires y venires, de blancos y negros, de síes y noes...

...de mosquitos tontos y cafés con sal, de sueños que van en bolsas de hielo al mar, de cielos acostados y besos en el tiempo, de mil rosas para mí, de esas lágrimas que van desde tu cara al mar, de uh-sha-la-las y versos de tu despedida...

...y de cuadros que aún están por colgar, pintados con colores de matices diferentes que marcan un punto de no retorno entre la esencia del ayer y la del hoy, la del mañana, pero que, como casi siempre y aunque algo se muera, será inmortal como un viejo proverbio sobre cómo olvidar.

Y las canciones, tuyas y ya mías por asimilación, seguirán sonando, allí, en un rincón de Nuestra Casa a la Izquierda del Tiempo...

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