Por lo que sé de ti, que es más que nada y por tanto más de lo que debería, sigues siendo tan aparentemente racional y sensato como recuerdo.
A veces, y solo a veces, me arrepiento de haberte primero maldecido y luego superado y te echo de menos... Pero tranquilo, es una debilidad pasajera, enseguida se va.
Sigue con tu vida, que yo haré lo propio con la mía... Solo espero que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar porque pienso que o bien me serías completamente indiferente, o bien trataría de que el karma equilibrara el universo de la forma más cruel posible, no lo tengo muy claro.
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