martes, 2 de diciembre de 2014

Despedida incoherente dos años después

Hoy hace dos años que la Ley que algunos llaman "de vida" y que para mí es "de muerte" te apartó de nosotros, algo más desde que yo me despedí de ti para no sufrir tanto cuando te fueras. Te fui cerrando mi corazón lentamente para notar menos tu ausencia cuando se produjera y aun así, cuando te fuste, te llevaste algunas de mis más sentidas lágrimas contigo. Y aunque te has ido, nunca dejas de estar conmigo, con nosotros. Sólo tengo que cerrar los ojos para escuchar tu ronroneo, sentir tu calor y el amor incondicional que supiste repartir a lo largo de tu vida entre los miembros de la que fue y será tu familia, más que tus dueños. Tú nos tenías a nosotros tanto como nosotros a ti. Y sé que te sentiste tan querida como tú nos querías, que fue mucho más de lo que algunos pueden llegar a imaginar. No necesitabas hablar para que te entendiéramos y tú nos entendiste siempre, nos regalabas la más valiosa de las compañías hasta en nuestros momentos que jamás reconoceríamos solitarios en voz alta. Fuiste una luchadora, me enseñaste a aferrarme a la vida por encima de todo, tú que viste la muerte tan de cerca cuando apenas eras una cachorrilla demasiado curiosa y que la volviste a vencer cuando los expertos no tenían para ti más que malas noticias y sólo nosotros apostábamos por ti. Por eso y por todo lo que no se puede expresar con palabras te querremos y te recordaremos siempre.
Mi consuelo es saber que pocos felinos han sido tan felices como tú, Karry, y me siento orgulloso de haber contribuido a ello. Acepta esto como la despedida que no te di cuando tocaba y perdona por la que te hice antes de tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario