martes, 2 de julio de 2013

Incoherencia después de un largo camino

Después de recorrer un largo camino, los pies siempre duelen. Duelen por las lágrimas de sudor y las de verdad. Miras atrás, al camino recorrido, y te alegras de estar donde estás. No lo habrías pensado cuando diste aquella primera zancada llena de desmedida ilusión, de demasiado ímpetu. Nunca pensaste que costara tanto llegar tan lejos, tan cerca del lejano final. De hecho, nunca te paraste a pensar hasta dónde llegarías. Y por eso, aunque te duelan los pies, aunque todavía quede camino por delante, sonríes.
Llegar hasta aquí ha merecido la pena.

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